Se conoce como la paradoja
de Fermi a la pregunta que hiciera el físico italiano y premio Nobel Enrico
Fermi en una discusión informal entre científicos mientras trabajaban en el
Proyecto Manhattan durante la elaboración de la bomba atómica. Fermi interrogaba:
conociendo la vasta magnitud del universo, su antigüedad e incontable número de
soles con posibles respectivos sistemas planetarios, es probable que la vida se
haya desarrollado previamente a la nuestra e incluso alcanzado la tecnología
del viaje interestelar. ¿Por qué entonces no tenemos evidencia clara alguna de
su existencia ni de sus visitas a nuestro planeta? ¿Dónde están todos?, célebremente
se preguntaba Fermi.
El ingeniero y escritor estadounidense
Marshall Klarfeld, quien siempre se interesó de ovnis desde temprana edad, refiere
un episodio ocurrido en su época universitaria mientras estudiaba con el
profesor, físico estadounidense y futuro Premio Nobel Richard Feynman, en el cual
le preguntó
sobre qué pensaba acerca de los ovnis. El profesor le respondió lo siguiente:
“Creo en la ley de la probabilidad, en los miles de millones de soles en la
galaxia y miles de millones de galaxias en el universo. La ley de la
probabilidad me dice que hay diez mil sistemas solares exactamente como el
nuestro y todos son más antiguos que el nuestro. Si cualquiera de ellos sobrevivió
la era espacial esto significa que nos pudiesen haber visitado. Sí, creo en los
ovnis.”
En otras palabras, el
fenómeno de los ovnis que desde mucho tiempo -y de manera copiosa- se observa
en nuestros cielos puede ser interpretado como la evidencia en sí de la
existencia de inteligencias extraterrestres y de sus visitas: la respuesta a la
paradoja de Fermi. Aunque no todo ovni implica necesariamente una inteligencia
extraterrestre, en realidad no existe razón alguna por cual negar la
posibilidad de que algunos de estos casos constituyan efectivamente entes provenientes
desde el espacio exterior. Rechazar de antemano esta posibilidad equiparando al
universo de acuerdo con nuestras limitaciones humanas, historia, conocimiento y
momento evolutivo actual es no solamente pedante soberbia sino también
indicación de estrechez mental.
Quizás existe una comunidad
intergaláctica que obedece al principio de la no intervención; o quizás la presencia
esporádica y silenciosa de los ovnis en nuestros cielos sea precisamente la
manera de estas civilizaciones avanzadas de sutilmente otorgarnos el espacio y la
iniciativa para poder desarrollar un eventual contacto formal. Las razones y
conjeturas por la ausencia de una presencia masiva y clara de estos seres pueden
ser muchas y variadas; pero la persistencia de la paradoja se debe mayormente a
la falta de interés de buena parte de la comunidad científica y política en abordar
seriamente y de manera abierta la cuestión ovnis así como la evidencia
existente. Tal vez lo que nos sugiere esta aparente paradoja es que el próximo paso
que debamos dar sea simplemente debatir abiertamente estas ideas deshaciéndonos
de nuestra arrogancia en creernos los únicos en el universo así como la cúspide
de la creación.
“Ausencia de evidencia no es evidencia
de ausencia”.
Carl Sagan, Astrofísico, cosmólogo y astrónomo
estadounidense
No comments:
Post a Comment